Existen varios factores clave que debes tener en cuenta antes de comprar aceites esenciales. Son normas básicas y elementales, pero te serán útiles para conocer lo verdaderamente importante de estas esencias y qué prevenciones debes tener.

12 normas esenciales sobre los aceites esenciales

Para todos aquellos que se sientan atraídos por el mundo de la aromaterapia y  de los aceites esenciales, aquí van 12 reglas elementales para empezar. Buen viaje.

1. Los aceites esenciales no son aceites en absoluto.

A pesar de su aspecto y de nombre con que los denominamos, estas substancias no son aceites propiamente dichos, ya que no contienen ácidos grasos. En realidad son elementos orgánicos concentrados con potentes cualidades medicinales.

2. Los esencias de perfume o las brumas no son, estrictamente hablando, aceites esenciales.

Las brumas han sido diseñadas, con grandes resultados, para ser usados con los  difusores eléctricos. La menor densidad de éstas no causan la obstrucción de los humidificadores ultrasónicos y las hacen perfectas para la dispersión aérea de aromas en una estancia. Además de perfumar, la tecnología de micronización en frío -propia de muchos de los brumizadores- refresca el ambiente con su agradable neblina de mini-gotitas fragantes.

3. Están sumamente concentrados.

Una sola gota contiene el poder de varias plantas. Tenlo presente.

4. Si estás embarazada, no los uses durante el primer trimestre.

Durante los primeros meses de gestación, es mejor que no uses ningún aceite esencial. Y es que muchos de ellos, estimulan el flujo sanguíneo en el útero, provocando la menstruación.

5. Guarda los aceites esenciales fuera del alcance de los niños.

Aunque muchos son ideales para ciertas dolencias infantiles, ten la prudencia de tenerlos  a buen recaudo. Muchos no son aptos para niños y algunos son tóxicos, si se ingieren.

6. Lleva a cabo una ligera prueba epicutánea de contacto, si decides usarlo de manera tópica sobre la piel.

Te prevendrá de posibles irritaciones dolorosas. Mezcla una sola gota del aceite esencial que hayas elegido con media cucharadita de aceite portador (aceite de girasol, por ejemplo) y frótalo en la cara interna superior del brazo. Espera unas horas por si aparece picor o enrojecimiento.

7. Si eres alérgico a una planta, eres alérgico a su aceite esencial.

Dado que un aceite esencial es una forma muy concentrada de la planta, si eres alérgico a alguna planta eres también alérgico a su aceite esencial.

8. El calor y la luz pueden dañarlos con el tiempo.

No guardes tus aceites esenciales cerca de una fuente de calor o bajo la luz solar. La exposición al calor y a la luz del sol provoca su deterioro. Si quieres que se mantengan en su mejor estado posible, guárdalos en un espacio fresco y oscuro.

9. Cómpralos siempre de procedencia acreditada.

Si quieres comprobar que un aceite es puro, pon una sola gota de aceite en una hoja de papel. Debería evaporarse en una hora como máximo y no debería dejar ningún rastro en forma de anillo. No obstante, la mejor garantía de la pureza de un aceite esencial es que confíes en la merca fabricante

10. Por lo general, los aceites puros conservan su aroma durante 5 años o más.

Si se guardan en lugar fresco y protegidos de la luz del sol, los aceites esenciales pueden conservar todo su potencial de cinco a diez años de promedio. Los aceites cítricos son la excepción, puesto que éstos ya  empiezan a perder propiedades a partir de los dos años.

11. Las botellas de cristal oscuro son las ideales para su conservación.

La mayoría de los fabricantes, como Boles d’olor, envasan estas substancias en botellas de cristal de color ámbar oscuro. Esto las preserva de la exposición directa a la luz del sol.

12. Ahorra dinero empezando por los aceites más versátiles.

Algunos de los mejores aceites para empezar son los más versátiles, como los de lavanda, limón, menta fuerte, romero, naranja o árbol del té. Empieza por ellos y no quieras abarcar demasiado, al principio.