Cómo bañar a un bebé, paso a paso

Bañar a un bebé estrechará los lazos afectivos con tu hijo, lo relajará y lo preparará para las horas de sueño. Pero, ¿sabes realmente cómo hacerlo? ¿A partir de qué día? ¿A qué temperatura? ¿Con qué regularidad? Hoy en este artículo te contaremos todo lo que hay que saber sobre cómo bañar a un bebé recién nacido. ¡Vamos allá!

El primer baño del recién nacido

La señal que te indicará cuándo puedes adminístrale el primer baño a tu bebé es muy clara: tan pronto se caiga lo que queda del cordón umbilical. Antes de este momento, deberás usar sólo la esponja para asearlo.

Ahora bien, actualmente, a diferencia de lo que se aconsejaba en el pasado, no se recomienda darse demasiada prisa en administrar el primer baño. Así, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que, siempre que sea posible, no debe bañarse a un recién nacidoantes de las 24 horas posteriores a su nacimiento.

¿Con qué frecuencia debo bañar a un bebé?

Durante mucho tiempo se aconsejaba bañar a los bebés a diario, tanto por cuestiones de higiene como para proporcionarles un momento de relax que los predispusiera al sueño.

La realidad -no obstante- es que no todos los bebés disfrutan con el baño y que bañarlos cada día puede muy estresante para ellos. Y además hay otra cosa a tener en cuenta: bañarlo en exceso puede resecarle la piel y eliminarle las bacterias naturales de la epidermis, cosa que puede provocar eccemas e irritaciones en tu bebé.

Actualmente se recomienda administrar el baño con menos frecuencia, cada dos o tres días. Los días sin baño puedes asearle con una esponja humedecida con agua y jabón.

¿Un baño diario afecta a la piel del bebé?

Como hemos dicho anteriormente, actualmente se recomienda una frecuencia de 2 o 3 baños semanales. Pero atención, si usas un champú neutro y tu bebé no permanece demasiado tiempo en remojo, no debes preocuparte en exceso: un baño diario no perjudicará la piel de tu bebé. Reglas básicas a seguir:

Temperatura para bañar un bebé

La temperatura adecuada para bañar un bebé no debe superar nunca los 38ºC. Lo aconsejable es que esté entre los 35 y los 37ºC. Para no fallar, sírvete de un termómetro para bañeras.  O utiliza tu codo -el método clásico que utilizaban ya nuestras madres- para calibrar la temperatura del agua. La piel de esta zona es muy sensible y te dará una señal precisa de la temperatura del agua.

Baño del bebé antes o después de comer

En este aspecto, no hay una regla definitiva. Para algunos niños, lo mejor es bañarlo antes de la cena, ya que así el bebé se relaja y come más pausadamente. En otras ocasiones, lo apropiado es lo contrario, puesto que el pequeño suele dormirse una vez satisfecho y cuesta mucho despertarle para tomar un baño. Es importante que observes lo que le conviene más a tu bebé y que actúes en consecuencia.

Cosas necesarias para el baño del bebé

Bañera. Te aconsejamos una de plástico, que puedes acoplar a la bañera de obra, para mayor seguridad. Si no dispones de una, puedes utilizar el fregadero, si bien debes proteger los lados con toallas, para evitar accidentes.

Champú infantil neutro.  Es imprescindible que escojas un jabón con PH neutro. Así no tendrás que preocuparte por la frecuencia del baño. Un día de más no le dañará.

Esponja. Con ella podrás llegar a todos los rincones de tu bebé y dejarlo bien limpio. Y (de paso) le harás un suave masaje

Crema hidratante y/o aceites. Para después del baño, hidrata su delicada piel con una crema especial.

Toallas. Es importante -una vez terminado el baño- que no el niño no coja frío. Aplícate con esmero para no dejar restos de humedad entre sus sus deditos o en dentro de las orejitas.

Usa productos de cosmética infantil

Es importante que para la rutina del baño emplees productos de higiene adaptados a las necesidades del bebé, es decir, que estén catalogados expresamente como artículos de cosmética infantil. Aquí te recomendamos la colección de cosmética infantil Kukette, creado por Boles de olor, que incluye champú, aceite corporal, leche hidratante y agua de colonia, etc.

Champú infantil para bebé

El Champú y gel infantil Kukette, compuesto de aloe vera y con PH neutro, es ideal para bañar a un bebé, ya que no pica a los ojos ni causa irritación alguna en las mucosas. Para los recién nacidos, aún hay un jabón más delicado y suave: el champú y gel infantil Kukette Soft.

Aceite para el baño del bebe

Baby Oil Kukette combina la suavidad del aceite de almendras y capacidad hidratante del aloe vera. Contribuye a formar una película y a evitar la deshidratación. Puede usarse directamente sobre la piel mojada después del baño o añadiendo unas gotas en la bañerita.

Crema para después del baño

La crema hidratente Baby Milk Kukette posee un alto contenido de alfa-bisabolol (Manzanilla) y gel de aloe vera, razón por la cual la hace perfecta para tratar las pieles irritadas y zonas más sensibles de tu bebé.

Colonia de bebé

El agua de colonia Kukette, de bajo contenido en alcohol y con aditivos hidratantes, aportará a tu bebé una agradable sensación de frescor después del baño.

Cómo bañar a tu bebé, paso a paso

Prepara todos lo que necesitarás. Puedes usar una bañera pequeña de plástico o una palangana grande, que puedes encajar dentro de tu bañera de obra o bien usar directamente la pila de la cocina, siempre que protejas los bordes de la misma con la espuma del cambiador o con toallas mullidas.

El agua y la bañera, a punto

• Vierte un poco de agua templada, entre 35 y 37 grados, dentro de la bañera.  Cuando esté llena, asegúrate de mezclar bien el agua con la mano, para igualar la temperatura del agua.
• Antes de meter el bebé en la bañera, prueba la temperatura del agua introduciendo el codo. ¡La prueba del codo es infalible!
• Pasa un brazo bajo la nuca del bebé para sujetar su cabecita, su cuello y su espalda e introdúcelo en el baño con cuidado. Mantén tu brazo bajo su nuca mientras le bañas con el otro brazo.

Durante el baño: consejos para un aseo completo

• Lava suavemente la zona alrededor de los ojos con una esponjita o toalla humedecida en agua templada. Luego, limpia la zona que bordea su boca y su nariz. Limpia ahora el resto de su cara, yendo desde el centro hacia fuera. Pasa la esponja por los pliegues de su cuello y la parte de detrás de las orejas.

• Si tu bebé es muy pequeño, humedece la toalla o esponja con agua templada y un jabón extra suave, como el Champú infantil Kukette Soft. Si ya es más mayor, puedes utilizar el Champú infantil Kukette sin problema.
• No tengas miedo de lavarle las zonas blanditas de su cabeza, las llamadas fontanelas.
• Por último, lávale el culete y la zona genital. Hazlo siempre de delante hacia atrás (tanto en niños como en niñas) y seca bien. En niños no circuncidados, procura no estirar hacia atrás la piel del prepucio, ya que puede ser doloroso.
• Deja que tu bebé disfrute del agua durante un rato. Échale agua por el cuerpo para mantenerle calentito. Y no le eches agua directamente del grifo, ¡podría quemarlo! No lo dejes demasiado en remojo, el agua podría enfriarse rápidamente.

Cuidados finales: secar e hidratar a tu bebé

• Para sacarlo del agua, pon tus manos alrededor de su pecho y levántalo, sujetándole la cabeza. Envuélvelo en una toalla inmediatamente, una vez fuera del agua.
• Seca muy bien a tu bebé, poniendo atención sobre todo a las zonas entre los pliegues: el exceso de humedad puede provocarle irritaciones en la piel.
• Si tu hijo tiene la piel seca, no le frotes con brusquedad para secarle. Arrópalo simplemente para sacarle la humedad del agua.
• Antes de vestirle, aplica una crema hidratante para después del baño.

Recomendaciones finales para bañar a un bebé

• Pasa la esponjita sólo por las zonas que puedes ver. Evita introducirla dentro del oído o la nariz del pequeño.
• Observa si tu bebé es de los que les gusta tomar el baño después o antes de mamar. Y planifica su aseo (y sus tomas) a partir de tus conclusiones.
• No dejes en ningún momento tu bebé solo en la bañera. Ni un solo segundo.
• No permitas que el agua se enfríe: cuando empiece a perder temperatura, ya es hora de sacarle de la bañera.
• Aprovecha este rato para crear vínculos con tu bebé.

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